Las enfermedades infecciosas e inflamatorias de origen bacteriano, fúngico y viral que afectan al sistema genitourinario son las más extendidas actualmente entre la población humana. Aproximadamente la mitad de los pacientes lo experimentan al menos una vez durante su vida. Si aparecen síntomas, no demores en visitar a tu médico. Una mayor progresión del proceso patológico conduce a complicaciones.
Un ginecólogo trata a las mujeres.
Las infecciones urogenitales son un grupo de patologías unidas por el tipo de localización del origen de la inflamación. Esta serie incluye lesiones bacterianas, fúngicas y virales que provocan cambios inflamatorios en el tejido del tracto urinario.
Los patógenos causan enfermedades con una amplia gama de manifestaciones clínicas. En este grupo, junto con las patologías de transmisión sexual, también se incluyen numerosas infecciones oportunistas.
En el complejo de enfermedades urológicas en pacientes, se registran con mucha más frecuencia. Las patologías urogenitales suelen reaparecer. Con el tiempo, se desarrolla un curso crónico del proceso infeccioso, que conduce al desarrollo de complicaciones graves.
El daño al tracto urogenital es más común en las mujeres. Esto se explica por la estructura especial de su sistema genitourinario. Las diferencias en su uretra son que es más ancha y más corta que la de los hombres.
El patógeno penetra más fácilmente en la uretra y luego en la vejiga. Las mujeres desarrollan uretritis y cistitis. La proximidad del ano a la vagina y la uretra también predispone a ello. La infección ingresa a la luz de la uretra desde el ano o la vagina durante las relaciones sexuales.
Clasificación de enfermedades.
Las infecciones urogenitales en mujeres se clasifican según el nivel anatómico de la lesión y la gravedad del curso. Es importante la presencia de factores de riesgo asociados y datos microbiológicos. Se distinguen los siguientes niveles de daño:
- cistitis;
- uretritis;
- pielonefritis;
- urosepsis.
Dependiendo de la gravedad de la enfermedad se clasifican las enfermedades leves, moderadas y graves. Pueden complicarse por una violación del flujo de orina y ser sencillos. Según el tipo de patógeno que provoca la inflamación del tracto urinario, las enfermedades urogenitales se dividen en infecciones de transmisión sexual. Estos incluyen los siguientes microorganismos:
- gonorrea;
- clamidia;
- tricomoniasis;
- sífilis;
- herpes genital;
- micoplasma.
También existen aquellas patologías en las que el agente causante de la inflamación es la flora oportunista. Las personas sanas tienen estos microorganismos. Cuando ocurren ciertas condiciones, causan inflamación. Este grupo incluye: estafilococos, Escherichia coli, Klebsiella, enterococos y otros microorganismos.
Tipos más comunes
En la actualidad se conocen muchos patógenos que pueden causar inflamación en el tracto genitourinario. Las infecciones urogenitales más comúnmente diagnosticadas incluyen:
- Herpes genital. Se trata de una patología viral que se transmite principalmente a través de las relaciones sexuales. Los signos externos característicos de la enfermedad son la aparición de vesículas y ulceraciones en la piel y las membranas mucosas de los órganos reproductivos.
- Micoplasmosis. Esta infección bacteriana afecta los tejidos de la uretra y los órganos genitales externos e internos.
- Gonorrea. Se refiere a enfermedades que se transmiten a través de las relaciones sexuales. La inflamación causada por gonococos provoca embarazo ectópico e infertilidad.
- Clamidia. Esta patología de naturaleza bacteriana afecta los tejidos de los órganos genitales externos e internos. La inflamación se produce en las membranas mucosas del tracto urinario. A medida que se desarrolla la patología, causa diversas complicaciones. Posible inflamación en los órganos pélvicos y artritis.
- Candidiasis. La enfermedad pertenece al grupo de micosis causadas por hongos similares a las levaduras. Candida es parte de la microflora normal de los órganos genitourinarios. Los hongos infectan los tejidos bajo la influencia de factores desfavorables. La más peligrosa es la forma generalizada de la enfermedad. Ocurre cuando el sistema inmunológico no funciona correctamente.
Los pacientes que padecen inmunodeficiencias suelen desarrollar infecciones urogenitales. Su fuente es la microflora oportunista. Entre los agentes causantes de infecciones inespecíficas, los tejidos del tracto urogenital más afectados son: Escherichia coli, Staphylococcus saprophytic, Proteus, Klebsiella.
Razones de la apariencia
Las causas de los cambios inflamatorios son virus, hongos y bacterias. Entran al tracto urogenital de las siguientes maneras:
- Relaciones sexuales sin protección. Durante las relaciones sexuales, los patógenos se transmiten de una pareja a otra. La probabilidad de infección está determinada por la patogenicidad del patógeno y la actividad del sistema inmunológico del paciente. Su posibilidad también está influenciada por el estado de las membranas mucosas.
- Transmisión doméstica. Cualquier artículo de higiene (cepillo de dientes, toalla, maquinilla de afeitar) es fuente de microorganismos patógenos. Muchos patógenos son viables durante mucho tiempo en el ambiente externo.
- Vía de transmisión hematógena. Los microorganismos de la fuente de infección crónica en el cuerpo ingresan al torrente sanguíneo. Luego ingresan al tracto genitourinario.
- Autotransferencia. El propio paciente transfiere el patógeno de una zona a otra. La infección de los propios genitales se produce debido a erupciones herpéticas en la piel.
- Infección durante procedimientos médicos. Esto ocurre si las manipulaciones en esta zona van acompañadas de daños en la piel y las membranas mucosas.
La disminución de la actividad inmune predispone a la infección genital. Se considera que otros factores predisponentes son la hipotermia, las infecciones virales respiratorias agudas y el abuso de alcohol.
Síntomas
La duración del período de incubación varía desde un par de días hasta seis meses. Lo primero que hay que cambiar es la apariencia de los órganos genitales. Hay enrojecimiento de la piel. Aparecen vesículas, úlceras y otras formaciones. Los siguientes se consideran síntomas característicos de daño al tracto urogenital:
- aumento de la temperatura corporal;
- hinchazón y enrojecimiento de la piel en el área afectada;
- dolor al orinar;
- secreción turbia de la uretra;
- la orina tiene un olor desagradable;
- debilidad;
- dolor en articulaciones y músculos;
- mareo;
- necesidad frecuente de orinar;
- sensación de vaciado incompleto de la vejiga;
- dolor en la parte inferior del abdomen y la espalda baja;
- sensación de hormigueo;
- picazón en el área genital y uretra;
- sangre en la orina.
Existe una forma latente de infecciones urogenitales. Se detectan sólo durante el examen de detección.
Consecuencias si no se trata
Si la infección no se trata, las ETS conllevan graves complicaciones para la salud reproductiva de la mujer. Conducen al desarrollo de enfermedades inflamatorias en el órgano pélvico.
La infección provoca infertilidad en las mujeres y embarazos ectópicos, lo que supone una amenaza para sus vidas. En las formas crónicas de ETS, el sistema nervioso central, los huesos, el cerebro, los órganos respiratorios, los intestinos, los sistemas cardiovascular y endocrino se ven afectados. El desarrollo de cáncer es posible.
Diagnóstico
En caso de cualquier problema con el tracto genitourinario, primero averigüe la historia de la enfermedad y examine al paciente. Luego, para aclarar el diagnóstico, se prescriben los siguientes exámenes adicionales:
- Análisis general de orina, prueba de Nechiporenko. Esta prueba se realiza para detectar inflamación en los órganos urinarios.
- Análisis de sangre. Se lleva a cabo para evaluar el nivel de cambios inflamatorios en el cuerpo.
- Hisopo uretral. Después de recolectar el material, se realiza un examen microscópico para identificar el patógeno.
- Tanque de urocultivo. Se lleva a cabo para determinar la sensibilidad del patógeno a los antibióticos.
- Creatinina y urea séricas. Estas pruebas se prescriben para evaluar la función renal.
- Urografía intravenosa. Evalúa la función excretora.
- Ultrasonido de vejiga y riñones. Se produce para estudiar la estructura de los tejidos. Se detecta la presencia de focos de inflamación.
- Tomografía computarizada de la pelvis. Con su ayuda, se evalúa el estado de los órganos pélvicos, los ganglios linfáticos y los vasos sanguíneos. Ayuda a identificar focos de inflamación.
Además, se prescribe cistoscopia. Este es un examen endoscópico que ayuda a examinar el interior de la vejiga.
Tratamiento
El volumen de la terapia está determinado por el nivel de daño y la naturaleza del patógeno. El tratamiento es complejo. Se considera que las principales direcciones de las infecciones genitourinarias son: saneamiento del patógeno, terapia inmune y alivio de las manifestaciones individuales de la enfermedad.
La elección del agente antimicrobiano está determinada por el tipo de patógeno que provocó el proceso inflamatorio. Para las infecciones mixtas, se prescriben varios fármacos etiotrópicos de diferentes grupos: antibióticos, antifúngicos y antivirales.
Además, se prescriben analgésicos, antiespasmódicos, vasculares y otros fármacos sintomáticos. Otro componente importante de la terapia es la corrección del estado inmunológico del cuerpo. Aumentan la eficacia de los fármacos etiotrópicos y evitan que la enfermedad se vuelva crónica.
Se activa la respuesta inmune a la infección y se reduce el riesgo de efectos negativos de los antibióticos. Si se desarrolla una complicación purulenta grave, los pacientes se someten a una intervención quirúrgica para eliminar la fuente de inflamación.
No tiene sentido tratar estas enfermedades usted mismo. Es necesario consultar a un ginecólogo en el centro médico “Salud” y seguir sus instrucciones.